Como otra piel, como otro sabor, como otros abrazos, otro olor, no habrá otros latidos,
no habrá otros orgasmos, no habrá otras promesas,
ni otro calor.
Aprendiendo de nuevo despertando en mi cama
no habrá otra espalda la almohada sudada
sea dentro de un taxi caminando en la calle
o dejando que queme el sol.
Como puedo comer como puedo escribir como puedo sufrir escapar o mentir si lo único cierto y lo único claro es tu firme salvaje y bendito amor
al olor de tu sangre al sabor de tu cuello al dolor de tu llanto al color de tu voz moriría mañana, moriría en éxtasis moriría en el fondo del éxtasis.
Amiga mía... yo sé que nunca vamos a dejar,
Al oler la mañana una frase ingeniosa los minutos son oro como arena en la sábana y tomar esa casa y comer en la cama un café con helado dibujado en tu espalda. Yo me pongo contento ya no nos levantamos
y te aprieto a mi pecho con toda mi alma, moriría mañana, moriría pegado, completamente drogado.
Amiga mía... yo sé que nunca vamos a dejar,
yo sé que nunca vamos a dejar
que este amor se nos vaya.
No te olvides, lo que digo.
Aún cuando escuches lo peor te es estaré amando igual.
Amiga mía... yo sé que nunca vamos a dejar
que este amor se nos vaya.
Amiga mía... yo sé que nunca vamos a dejar
yo sé que nunca vamos a dejar.
Pinturas, Nicoletta Tomas
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